En SENSORIA creemos en que tanto o igual de importante que la intervención directa con las personas, es la adaptación de sus entornos cercanos.
Ofrecer “dietas” sensoriales a las familias y la escuela para niños y niñas con desórdenes sensoriales, el uso de pictogramas y guiones sociales para personas con TEA, dar recomendaciones de adaptar un baño para una persona que usa silla de ruedas para desplazarse, modificar el ambiente para personas con Alzheimer, … son claves para que el esfuerzo que ellos hacen (o hacéis) en las terapias se vea recompensado en el día a día.
Un entorno adaptado es una de la claves para la autonomía y el desarrollo de las personas, con o sin discapacidad.